Reclutamiento Militar

Vaya que si esto era tremendo para todos nosotros porque cuando estábamos en el baile, en el cine, o simplemente caminando en las calles los soldados se aparecían para reclutarnos y llevarnos al ejercito. Al nomás mirarlos, dábamos la vuelta y salíamos corriendo a escondernos y ellos salían detrás de nosotros. Algunos jóvenes eran capturados pero la mayoría se escapaban. Esos que eran reclutados pasaban la noche encerrados en la cárcel. Después que los soldados tenían cierta cantidad de reclutas se los llevaban para no se donde. Algunos de estos aparecían meses después vestidos en uniforme.

Habían veces que escuchábamos rumores que esa noche iban a reclutar y no salíamos ni a la esquina. Las calles estaban desoladas ya que todos los jóvenes se encontraban en casa muy calladitos y escondiditos.

Recuerdo una vez en el matinée alguien gritó.
"ESTÁN RECLUTANDO."
Acto seguido todos los muchachos se levantaron de sus asientos y los que estaban en palco se tiraban desde arriba. Todo mundo salía por la puerta localizada en el lado izquierdo y cuando yo salía, había un soldado en el suelo; los primeros en salir se lo llevaron y lo arrastraron. Mientras el se tambaleaba, muchos se paraban en el y otros se tropezaban cayéndose en el suelo. Aun en el suelo, el nos decía que nos detuviéramos.

Ya una vez afuera del cine corrimos a toda velocidad dirigiendonos hacia la parte de atrás. De pronto sentí un gran dolor arriba de mis ojos y cuando reaccioné me di cuenta que estaba atrapado en un alambre de púas. El dolor era intenso y después de forcejar un rato logré quedar libre. Mientras lo hacia, escuche unos gritos. Vi a los lados y me dí cuenta que habían como cinco jóvenes en cada lado tratando de despegarse del alambre. Unos trataban de ayudar a otros y otros pasaban por bajo sin darse cuenta de nuestro problema.

Con sangre derramando por mi cara y cayendo en mi camisa seguí corriendo; muchachos en frente de mi, al par y atrás. Cruzamos la cerca sin ningún problema. Pasamos por la propiedad de Doña Elena (mama de Loba). Al salir a la calle, vimos venir un montón de soldados allá en la distancia como por donde Arturo Nuila y corrimos al lado opuesto.

Todos corríamos para todos lados y un grupo de nosotros fuimos a parar donde los Montoyas que queda en la esquina de la calle del cabildo y la calle del mercado; frente al parque Central. Allí pasamos un buen rato y cuando nos sentimos seguros, cada quien agarró para su casa.

En ese momento la escena era triste y dolorosa pero ahora que lo pienso, era un poco chistosa.

Otra de nuestras experiencias fue cuando reclutaron durante la feria Isidra y pasamos la noche en la iglesia Católica. La feria era celebrada donde es hoy el parque central y solo teníamos que saltar la cerca y al otro lado estaba la iglesia. Allí pasamos una larga noche porque todos sabíamos que asustaban más en las iglesias que en los cementerios. Creo que nadie durmió esa noche porque además del miedo estábamos pendientes de los soldados porque siguieron rondando la iglesia hasta la madrugada. A veces nos quedábamos quietos y el silencio era interrumpido por alguien que empezaba a gritar. Todos los demás también empezábamos a gritar.

En la mañanita decidimos abandonar la iglesia y con un poco de miedo todo mundo agarró para su casa.

Fueron muchas más nuestras experiencias con este reclutamiento militar y espero que alguien nos cuente las suyas.

Nota: Si alguien desea agregar a la historia, corregir algunos errores, o deseas mandarnos alguna foto por favor háganlo escribiendo abajo en el área de comentarios. Se los agradecería muchísimo.