Por qué el reloj de la Catedral de Comayagua, funciona todavía.
by Martha Ramírez
(La Ceiba, Honduras, C.A.)
Cuando se terminó de construír la Catedral, el Rey de España mandó en 1711, a dos plateros relojeros para la instalación del reloj y para que ayudaran en la elaboración de las alhajas de la Iglesia. Uno de ellos, terminó su labor y regresó a su país. El otro, Máximo Ramírez se quedó y formó acá su familia.
Muchos años después, en 1.949 quiso la casualidad que a un descendiente suyo, don Humberto Ramírez Rivera, relojero y platero también, le encargaran la reparación del reloj, que ya solo era una reliquia porque no funcionaba.
Don Humberto lo revisó encontrando que una pieza dentada estaba quebrada y otra pieza hacía falta. Con sus conocimientos de relojería, sus rudimentarios instrumentos de trabajo y con su iniciativa, arregló la pieza dentada e IDEÓ Y CONSTRUYÓ LA PIEZA QUE FALTABA. Calibró el reloj, lo limpió, lo aceitó quedando rehabilitado y funcionando hasta en la actualidad y gracias al mantenimiento que él y sus sucesores le han dado.
Como de ésto hace ya mucho tiempo, pocas personas recuerdan este hecho tan importante. Don Humberto recibió el agradecimiento del, en aquel entonces Alcalde de la ciudad don Fernando P. Ceballos, pero después nadie ha vuelto a recordar, ni siquiera a mencionar el aporte que él dió a su querida ciudad natal.
Sus hijos nunca desearon ni esperaron un premio, un agasajo, un reconocimiento, ni él tampoco lo hubiera deseado, pero pensamos que si sería justo que el hecho se mencionara cada vez que se hable o se escriba sobre el reloj y que los guías turísticos lo sepan para que mencionen que, gracias a que un hijo de Comayagua lo rehabilitó, el reloj funciona todavía.
El 8 de diciembre del 2.012. sus hijos donaron a la Casa de la Cultura de Comayagua, algunos instrumentos de trabajo que don Humberto heredó de su abuelo don José María Ramírez Salavarría, joyero y platero también, algunos de los cuales datan del Siglo XIX. Pueden observarse en la Casa de la Cultura, así como este relato mas detallado y algunas fotos de personas de la ciudad.
Don Humberto además era músico, ejecutaba todo tipo de instrumentos: marimba, guitarra, mandolina, violín, piano, acordeón, habilidad heredada de su padre don Camilo Rivera Guevara (músico y compositor, de Intibucá) y sirvió la clase de música en el Instituto León Alvarado. Sus muchos alumnos deben recordarlo.
La familia Ramírez tiene sus raíces en Comayagua y están esparcidos en varias ciudades del país, muchos de ellos tampoco conocen estos hechos.