Mi Propia Historia En Tocoa
Mi Propia Historia
Detrás de las pagina Web de MiPuebloNatal.com existe mi propia historia en Tocoa; historias tristes, alegres, y con muchas aventuras.
Mi pueblo natal, Tocoa, al abrir mis ojos, mi mente, y mi corazón al mundo me encontré en un lugar perdido. Perdido y mas allá de donde la mayoría de todos los seres humanos pudiesen contemplar. Mi nuevo mundo parecía ser como un paraíso lleno de una vida simple y pobre pero lleno de felicidad.
Sus calles eran pedregosas y en ciertas partes se encontraban cubiertas por una grama como testigo que había pocos habitantes en la región. Por la mañana esta grama brillaba con los millones de pequeños diamantes formados por la mezcla del rocío y los tibios rayos del sol. El aroma era tan puro que el alma rejuvenecía con cada suspiro.
Despertar en este mundo parecía que cada mañana era celebrada por los cantos de los pájaros, el canto de los gallos, el ladrar de los perros, el relinchar de los caballos, el mu de las vacas, y en fin, era una algarabía que solo se vive en esos lugares. Las voces de los vecinos y el ruido de sus quehaceres agregaban aun más a esta celebración matutina. Sus residentes se dirigían de un lado a otro. Unos caminaban y otros montaban a caballo con rumbo al campo a trabajar de sol a sol. De vez en cuanto pasaba una carreta jalada por dos bueyes.
Tocoa era un pueblo pequeño pero ya tenia bastante historia. En ciertas áreas del terraplén había troncos acostados que fueron abandonados por la compañía ferroviaria que una vez transito en esas áreas cuando la Standard Fruit Company la "Yunay" estaba en apogeo. Muchos dicen que en esos tiempos había mucho movimiento porque la compañía bananera proveía bastante trabajo. Algunos de los puentes todavía se encontraban en pie y solo servían para cruzar a los que iban a pie. Los que andaban a caballo tenían que cruzar los ríos a través de sus aguas cristalinas.
Como yo tenia un poquito menos de tres años, tenia que cruzar gateando porque mis piernas eran todavía muy pequeñas y my equilibrio no estaba desarrollado. El sentido de mi percepción todavía no estaba completo y parecía que el vacío era infinito.
Una de mis memorias acerca de los puentes es cuando cruzábamos el puente de Zamora por primera vez. Sus aguas cubiertas por unas plantas flotantes allá abajo parecían esperar a un desafortunado que caía al vacío.
Maquinas viejas del ferrocarril se veían abandonadas en ciertos lugares las cuales servían para jugar y soñar con un mundo sofisticado el cual no existía en esos tiempos.
En estos momentos, mi cerebro quiere recordar más memorias de aquel tiempo cuando apenas tenía tres años o menos. Se que algunas de esas memorias pueden despertar de un momento a otro.
Hache hay algunas. Conejitos en la casa de mis abuelos. Se murió uno y todos los demás lo rodearon. Lo observaban como si se hubiesen dado cuenta que habían perdido un ser querido.
En Zamora, que allá vivía alguien de mi familia, me trague un Maule mientras jugaba con mis tías (aun pequeñas) y primitos. Un rato después, lo encontré mientras estaba detrás de la casa. Con gran sorpresa y alegría lo tome con mis manos y empecé a jugar como si nada hubiera pasado.
Memorias…de ese tiempo… ¿Donde están? "Arrurú mi niña. Arrurú my amo-or." Cantaba una de mis tías con el vaivén de la hamaca mientras ponía a dormir a mi hermanita.
Helicóptero – Al ver el primer helicóptero en mi vida parecía que el pueblo entero había visto un objeto extraterrestrial. Todo el mundo abandono sus hogares e invadió las calles. Donde el objeto volador se diría, allí se dirigía la gente corriendo sin cesar. Momentos después aterrizo en la plaza (Donde es el parque central). Tuvieron que poner cuerdas al rededor de la nave porque la multitud se Moria de ansiedad.
El campo de aviación ya era viejo y había vuelos de la Sahsa diariamente. De vez en cuando venia lanhsa (No se si lo estoy deletreando correctamente). El avión aterrizaba puntual – no me acuerdo exactamente el tiempo correcto pero parece que era entre las once y a las doce de la mañana. Al ver y escuchar el avión volar por arriba de nuestro pueblo era como anunciar la hora del almuerzo.
Un día de estos continuaré con mi propia historia.
Nota: Otras palabras usadas para ayudarte a encontrar estas páginas son mi propia historia
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